Los abogados deben redactar con frecuencia todo tipo de documentos legales siempre dependiendo de la rama en la que se especialicen. Pero entre todos los escritos jurídicos existen un grupo en particular que son de uso casi cotidiano, por lo que siempre es bueno repasar su estructura para evitar errores.
Estos documentos son esenciales dentro de las capacidades de todo buen abogado, sobre todo en el marco de la ley, donde los profesionales son valorados por su pulcritud en este tipo de protocolos.
Para quienes inician su carrera o están interesados en reforzar lo básico, se presenta, a continuación, una lista de documentos comunes que suelen ser campo de abogados y algunos consejos útiles para su redacción.
Los documentos que un abogado redacta con más frecuencia
Entre los documentos de redacción habitual por parte de los abogados pueden encontrarse algunos como:
- Poderes de representación.
- Actas Constitutivas de Compañía.
- Firmas Personales.
- Demandas.
- Testamentos.
- Contratos de arrendamiento.
- Contratos laborales.
- Solicitudes formales.
- Informes jurídicos.
- Oficios jurídicos.
- Solicitudes de Amparo.
- Venta de Inmuebles.
- Venta de muebles.
- Solicitud de apelación.
- Contestación de demandas.
- Actas Constitutivas de Sociedades civiles.
- Poderes de asistencia.
Estructura básica de un documento
Cada documento administrativo o jurídico constan de una serie de partes que dependen del tipo de documento o la entidad a la que va dirigido, pero, en líneas generales, estos se pueden estructurar de la siguiente manera básica:
- Identidad del emisor del documento.
- Autoridad que dicta el acto administrativo (si aplica).
- Razones que justifican el acto o que dan comienzo al mismo.
- Soportes de ley o argumentos que dan base a la solicitud.
- Tipo de resolución esperada o solicitud dispositiva.
- Cierre del documento.
Cada uno de los puntos mencionado anteriormente suelen encontrarse en párrafos únicos, que contienen diferentes elementos dependiendo de la naturaleza del documento. Ante todo, se debe asegurar la legibilidad del contenido y la consistencia lógica del mismo.
La intención última es que baste solo una leída para entender, al menos de forma rápida y general, el objetivo del documento
Buenas prácticas de redacción de documentos cotidianos
Existen buenas prácticas relacionadas con la redacción de un buen documento administrativo.
Entre las más importantes se encuentra la consistencia del texto y la selección adecuada de las palabras. Esto se debe a que, dentro del marco de la ley, en especial en lo que respecta a los textos jurídicos, muchas palabras sinónimo pueden llegar a tener implicaciones únicas, por lo que hay que prestar el doble de atención a lo que se escribe.
Es crucial además ser muy específicos con lo que se quiere conseguir, con los motivos que hay detrás y la relación que estos guardan con la ley o antecedentes que los sustentan.
Todo documento jurídico debe evitar posibles ambigüedades y seguir una estructura definida que vaya desde las premisas principales que dan sentido a lo que se está solicitando, hasta el clamor o petición de pronta respuesta del ente correspondiente.
En lo que respecta a las buenas prácticas, es fundamental una correcta identificación del documento desde el primer momento. De esta manera el destinatario podrá identificar el asunto inmediatamente y acelerará las gestiones.
Herramientas para redactar documentos frecuentes
A medida que un abogado se especializa en su área de trabajo requiere de cada vez más asistencia en la redacción de documentos, a veces más del que se puede permitir con un asociado.
Para ello, existen soluciones tecnológicas que permiten usar plantillas personalizadas, con diferentes módulos y control de variables, para generar textos profesionales en cuestión de minutos. De esta manera se pueden reutilizar las secciones frecuentes y agregar o quitar según convenga sin sacrificar calidad final en el texto.