Cómo redactar un contrato

¿Cómo redactar un contrato?

Saber cómo redactar un contrato es fundamental para todo profesional, emprendedor o particular, ya que gracias a estos se pueden crear vínculos legales que obliguen a las partes a cumplir con sus responsabilidades en un negocio, intercambio de bienes o servicios. En pocas palabras un contrato bien redactado hace posible que los acuerdos se cumplan.

Aunque existen muchos tipos de contratos, hay ciertos factores indispensables en cualquiera de ellos que deben ser estudiados, redactados y revisados con detenimiento:

Las partes involucradas en el contrato

Uno de los primeros aspectos a considerar dentro de la redacción de un contrato es la identificación de las partes involucradas, es decir, quiénes son las figuras que responderán por el cumplimiento de los acuerdos celebrados en el contrato.

Algunos datos indispensables son:

  • Nombre completo de las personas/empresas quienes se apegarán al contrato.
  • Números de registro legal: documentos de identidad, registros mercantiles, entre otros.
  • Dirección permanente de las partes (domicilio).
  • Posibles nombres sustitutos o etiquetas con las que se les nombrará en el futuro, conocidos como tratamiento protocolario, por ejemplo:
    • La contratista.
    • La empresa.
    • El propietario.
    • Entre otros.

Otro punto de suma importancia es la facultad de las partes. Por ejemplo, si se hace un contrato donde una de las partes sea una empresa, es vital que la persona que firma el contrato, esté facultada para firmar (presidente, encargado de firma de negocios, accionista mayoritario, entre otros). Esto debe especificarse de ser posible.

Todos estos datos sirven para verificar que los involucrados en el cumplimiento del contrato son identificables y que realmente pueden responder por ello. A la hora de firmar el documento, lo normal es que esta información sea validada.

Punto principal o razón del contrato

Seguido de una identificación conviene la redacción del objetivo del contrato en donde se especificará el objeto de interés de las partes.

Esta no tiene por qué ser forzosamente larga, pero es clave que se detallen las condiciones en las que se espera recibir los bienes y servicios. Si se trata de un alquiler, por nombrar un ejemplo cualquiera, datos apropiados para este segmento serian:

  • Metros cuadrados de la propiedad
  • Tipo de propiedad
  • Ubicación de la propiedad.
  • Condiciones en las que se entrega.
  • Condiciones del amoblado
  • Entre otros.

Especificar todos los detalles de lo que se espera entregar/recibir es lo único que asegura de que ninguna de las partes se aproveche entregando un producto de menor calidad o que exista inconformidad al recibir un bien/servicio por debajo de sus expectativas.

Derechos y obligaciones

Toda redacción de contrato debe especificar muy bien cuáles son los derechos de los que gozará cada una de las partes. Todos los derechos generan una serie de obligaciones o compromisos, entre los más fundamentales se encuentra el de garantizar el cumplimiento del contrato, conocido como compromiso de fe.

Detallar adecuadamente las facultades y deberes es esencial, ya que fuerza a las partes a trabajar en conjunto para que el contrato llegue a buen término.

Si no se redacta adecuadamente esta sección se crea el escenario perfecto para que alguno de los contratantes ignore sus deberes o se aproveche del desconocimiento del otro para privarle de sus beneficios.

Si bien, las distintas legislaciones dentro del marco legal son universales a todos los contratos (ningún contrato esta por encima de la ley), los alegatos de desconocimiento son muy frecuentes y pueden prestarse para estafas.

En este punto se incluyen detalles como:

  • Formas de pago.
  • Condiciones de la entrega del servicio.
  • Potenciales solicitudes que pueden realizarse entre las partes.
  • Limitaciones de uso del espacio.
  • Entre otros.

Responsabilidades

Todo contrato viene estrictamente vinculado a un grupo de responsabilidades. Esto quiere decir que ambas partes acuerda una serie de acciones, compensaciones o compromisos necesarios para que el contrato pueda mantenerse.

Un ejemplo muy frecuente de esto son las normas de incumplimiento, donde se especifican distintas penalizaciones en caso de que alguno de los contratistas falle en su compromiso.

Otros elementos comunes pueden ser los pactos de mantenimiento, en el caso de contratos que involucren bienes compartidos o alquilados. Aquí se detallan bajo qué escenarios debe alguna de las partes invertir recursos para reparar, acondicionar o mantener los equipos o espacios en común.

Cláusulas, vínculos, normativas y procedimientos adecuados

Las cláusulas son básicamente el cuerpo de un contrato y en ella se detallan todos los acuerdos que las partes consideren apropiados para quedar conformes con su participación en dicho documento.

Frecuentemente los formatos incluyen en el apartado de cláusulas todo lo referente a compromisos, deberes, obligaciones y responsabilidades.

Dentro de esta sección se deben redactar las expectativas de cumplimiento, normativas de acción y procedimientos a seguir ante cualquier escenario que se piense frecuente o posible. Por ejemplo, si una de las partes decide que necesita previa notificación por escrito ante determinado suceso debe incluirlo en una cláusula correspondiente.

Cada cláusula va enumerada, para que pueda ser referenciada adecuadamente durante el resto del documento, además cada uno de estos acuerdos debe redactarse de manera individual, por lo que cada cláusula tratará de un único tema en específico.

Condiciones de nulidad

Las condiciones de nulidad son un detalle simple, pero que pasa desapercibido con más frecuencia de lo que debería llevando a serias consecuencias legales y económicas para los involucrados.

En forma resumida las cláusulas de nulidad son aquellas donde se especifica bajo qué condiciones se puede dar fin al contrato, quien puede hacerlo, los procedimientos adecuados para ello y las consecuencias de dicha nulidad.

Confidencialidad

Los acuerdos de confidencialidad son un componente opcional, pero muy importante dentro del ámbito de los negocios, ya que los contratos tienen mucha información sensible, cuya publicación puede ser perjudicial para las partes.

Incluir acuerdos de confidencialidad debe considerarse en cualquier redacción o el contrato puede quedar al escrutinio de terceros sin que haya consecuencia alguna.

Soluciones para la redacción de contratos profesionales en minutos

Saber redactar un buen contrato requiere la minuciosa consideración de muchos factores, pero es la mejor forma de asegurar que las promesas y compromisos de intercambio, al menos en el entorno legal, se cumplan.

Para quienes la redacción de un contrato forma parte del día a día, controlar cada variable puede llegar a ser muy abrumador, sobre todo si su ritmo de trabajo es alto, por eso, una gran opción además de subcontratar un especialista en el área, dedicado únicamente a ello, es utilizar una herramienta tecnológica como IAutoDoc con la cual se puede automatizar el proceso en pocos minutos.